| | Roca: granito, trozeado en las partes fáciles, excelente en las verticales y difíciles.
Orientación: Norte.
Horario: de 6 horas a una jornada, jornada y media.
Acceso: Francia, Alpes, zona del Mont Blanc, Chamonix. Se llega por carretera o tren. Ver más información pulsando aquí. Aproximación: desde aquí quiero recomendar la aproximación a pie por un caminito que sube zigzagueante, pues es bastante corto (sólo supone 2 horas a paso tranquilo), además del gran aliciente que otorga a la ascensión. La otra opción consiste en subir en teleférico. En ambos casos hay que partir desde el teleférico por un camino evidente que se dirige hacia las paredes. Cuando nos parezca lo abandonamos para tomar el glaciar en dirección al espolón. En temporada avanzada suele estar limpio por lo que la progresión es muy segura, tan sólo tenemos que evitar ponernos demasiado a la izquierda del espolón porque caen continuamente desprendimientos de los que hacen daño. Atacar la diagonal característica superando la rimaya sin problemas (de 1 hora a 1 hora y media).
Táctica: Mucha gente vivaquea poco antes de la arista para encontrar la parte final en buenas condiciones. Yo empecé bastante tarde por culpa de una niebla matinal y llegué al muro de hielo a la 1 del mediodía. Temía que el hielo no estuviese precario, pero aunque no estaba como para poner tornillos tampoco era excesivamente grave (no caía a trozos ni chorreaba agua). De buenos vivacs no recuerdo muchos pero creo que a partir del collado y el gendarme había alguna en el tramo chungo y luego poco antes de la arista nevada.
Descripción: Franquear la rimaya para ganar la diagonal característica que se sube de izquierda a derecha hasta alcanzar otra diagonal que se eleva de derecha a izquierda. Abandonarla cuando la pared se empina y las cosas se complican volviendo a la derecha. Se alcanza la arista que se escala más bien por su flanco derecho. Terreno descompuesto, ramposo pero muy fácil. Con esa misma tónica se alcanza un gendarme en el que se nos presenta un diedro inmaculado, perfecto... pero sin ningún pitón. Lamentablemente por ahí no es, hay que destrepar al collado y buscar a la izquierda de ese diedro otra fisura más fácil y bastante pitonada. Es el paso en roca más difícil de toda la vía y supera un techito en lo alto, pero todo en escalada atlética con buenos agarres. Se sigue siempre para arriba más o menos por el lado izquierdo del espolón, pero siempre recto. En la parte alta encontraremos un parabolt mal metido, poco después las cosas se ponen difíciles y a la derecha encontraremos un paso que nos permite salir a terreno más fácil y en el que hay un cordino abandonado. De ese modo alcanzamos las rocas fáciles antes de la arista. La arista empieza muy suave y se endereza poco a poco hasta que se alcanza el riñón rocoso. La mejor opción va hacia la izquierda. Encontraremos las reuniones equipadas con parabolts, spits y algún clavo. Después de tres o cuatro largos se alcanza el muro final cuya inclinación se acerca a los 90º pero tan sólo durante dos metros. El resto es 80º-85º durante 10 metros más o menos. Pasado esto buscaremos a nuestra derecha otra reunión, la última. Es el final de la vía. Descenso: el descenso propiamente dicho no es un descenso. Hay que subir hacia la arista que baja de la estación superior de l'Aiguille du Midi teneiendo sumo cuidado con las rimayas. Una vez alcanzada la arista no hay ningún problema.
+ info: Puedes leer un relato que narra la ascensión pinchando aquí. |